La manteca contiene ácido esteárico, un ácido graso que suaviza la piel y actúa como emulsionante. Esto significa que ayuda a unir el agua y el aceite, lo que evita que se separen los productos. Esta propiedad emulsionante, al combinarla con el carácter sólido de la manteca, crea emulsiones densas que no dejan espacio para que los microbios se muevan y crezcan, lo que ayuda a que los productos se mantengan frescos durante más tiempo y, por lo tanto, a reducir o evitar la necesidad de conservantes sintéticos.