Durante décadas, la industria cosmética ha utilizado microesferas para exfoliar la piel. Lamentablemente, estos pequeños trozos de plástico son tan pequeños que se escapan de las depuradoras de aguas residuales y acaban en los ríos, los mares y los océanos. Se ha comprobado que contribuyen a la contaminación del agua por partículas de plástico a nivel mundial, lo que resulta perjudicial para la vida acuática salvaje de nuestro planeta. Por suerte, se prohibieron las microesferas en los productos cosméticos que precisan de aclarado en muchos países a finales de la década de 2010. En cualquier caso, Lush siempre ha preferido utilizar materiales naturales y biodegradables en lugar de microesferas, como fruta con enzimas, frutos secos molidos, cáscaras, tallos de bambú o semillas. Son opciones igual de eficaces.