Nepalese Papers es una de las muchas empresas que operan tras el destructivo terremoto de 2015, que causó más de 8778 muertes al alcanzar una magnitud de 7,8 grados en la escala de Richter, provocando desprendimientos masivos que destrozaron casas y engulleron aldeas enteras. Poco después, llegaron los monzones, dificultando las labores de reconstrucción y ahora, cuatro años después, los escombros aún rodean a las comunidades que luchan por salir adelante.
El terremoto tuvo un impacto devastador en el comercio, la economía y el turismo de Nepal. Muchos jóvenes emigraron para encontrar trabajo en el extranjero. Con el 83% de la población viviendo en zonas rurales, la menor disponibilidad de trabajadores masculinos supuso el acceso de más mujeres a la agricultura, que siempre habían trabajado con los hombres, pero en un segundo plano. Sin embargo, a pesar de su mayor acceso al empleo, la educación femenina seguía siendo limitada, ya que la mayoría de las escuelas primarias tenían un número mucho mayor de alumnos varones. La capacitación de las mujeres sigue siendo clave para el futuro de muchas empresas.
Un arte tradicional
Mucho antes de que todo esto pasara, Milan Bhattarai, y su hermano Mahesh, comenzaron a producir papel a mediados de los años 80 en una zona semirural de Katmandú. Aunque esta fabricación representa ahora una pequeña fracción de la producción de la empresa, el papel ha sido una industria muy importante en la región del Himalaya, que durante siglos se fabricaba de forma tradicional para el uso de los monjes en los monasterios budistas tibetanos.
En lugar de utilizar madera cortada, el papel se suele fabricar con plantas de Lokta que crecen a gran altura en el Himalaya. Durante muchos siglos, las comunidades locales han utilizado las fibras resistentes de esta planta, parecidas a una cuerda, de muchas formas. A diferencia de los árboles talados, estas plantas también vuelven a crecer cuando se cosechan, por lo que su impacto en el medioambiente es mínimo.
Tradicionalmente, el proceso de fabricación de papel tenía lugar en los bosques del Himalaya donde crecen las plantas de Lokta, pero hoy en día las fibras se transportan a otros lugares para ser procesadas en zonas más accesibles. Esto permite a los fabricantes de papel secarlo al sol durante todo el año, ofrecer empleo a las comunidades locales y enviar sus productos a otros lugares.
La fabricación de papel requiere condiciones climatológicas muy secas, por lo que el proceso se inicia en Bastipur, una zona baja y cercana a la frontera con la India. En este lugar se creó una unidad de fabricación de papel como parte del plan de Mahesh para crear empleo para las mujeres de la zona que vivían en condiciones marginales, y actualmente hay ocho mujeres empleadas.
Las mujeres cocinan y enjuagan la fibra vegetal. Después, limpian la mezcla a mano para eliminar las partes oscuras de la corteza de la planta. Para finalizar el proceso, se añade todo a una batidora Hollander hasta obtener una pulpa suave. La unidad de Bastipur cuenta con cuatro cubas de fabricación de papel y tiene capacidad para fabricar entre 900 y 1200 hojas al día, dependiendo de la temporada. A plena capacidad, esto supone la friolera de 20 kilos de fibra húmeda lista para procesar cada día.
El papel se fabrica vertiendo las fibras estiradas sobre un molde para formar una hoja fina. A continuación se saca de la tina, se apoya en un poste y se pone bajo el sol para que se seque al calor. Cuando están listas, las hojas se transportan a la base principal en Bansbari, donde se tiñen para conseguir un acabado con un alto nivel de calidad.
Mirando hacia el futuro
La unidad de Bansbari da empleo a 90 trabajadores permanentes y tiene capacidad para ofrecer trabajo a 500 personas durante los periodos estacionales de mayor actividad. Muchos de estos puestos los ocupan también mujeres que viven solas, que han emigrado a la zona o que están muy perjudicadas por el estricto sistema de castas de Nepal.
Al modernizar una industria tradicional, Milan y Mahesh han visto la necesidad de empoderar a sus trabajadores, por lo que estos cobran un salario superior al mínimo legal y reciben prestaciones sanitarias y alimentos adicionales. También reciben ayudas para enviar a sus hijos a la escuela y tienen poder de decisión mediante la elección de comités anuales de dirección, gestión y finanzas.
El éxito de empresas como esta sigue siendo fundamental para reconstruir la economía nepalesa tras el devastador año 2015. Para ver este precioso papel de cerca, echa un vistazo al envoltorio multicolor de la caja de regalo de Deep Sleep or de Good Karma.
¿Quieres conocer más sobre nuestro impacto en el ecosistema?