Vitaminas - A, B, C, E, o las que se te ocurran. Las frutas están repletas de ellas, y cada una tiene una cualidad distinta: antioxidante, calmante, tonificante, exfoliante, protectora...
Antioxidantes - Las vitaminas no son las únicas que pueden describirse como «antioxidantes». Existen otros componentes que ayudan a combatir el envejecimiento celular, como lo flavonoides (pigmentos) o ciertas enzimas.
Enzimas - Piñas, papayas, mangos o kiwis, todas estas frutas contienen enzimas especiales que aportan una potente exfoliación a la piel y al cuero cabelludo.
Ácidos - ¿Has oído hablar alguna vez de los alfahidroxiácidos (AHAs)? Son famosos en el cuidado de la piel gracias a su poder para resucitarla y limpiarla. ¡Las frutas cítricas, las manzanas y las uvas están repletas de ellos!
Proteínas - Son un poco más raras en las frutas, pero también están presentes. La jaca y el noni, por ejemplo, contienen proteínas que contribuyen a fortalecer la piel y el pelo.