El árbol del cacao (Theobroma cacao) crece en bosques cálidos y húmedos cerca del ecuador. Produce grandes vainas de color amarillo o rojo oscuro que contienen hasta 50 semillas cada una, cubiertas de carne blanda y comestible. Las semillas, también llamadas granos de cacao, se cubren para la fermentación y más tarde se secan. Durante este proceso, pierden el sabor ácido y desarrollan el habitual aroma a chocolate.
Para obtener la manteca de cacao, los granos preparados se limpian, se secan y se tuestan. Más tarde, se muelen hasta obtener una pasta densa y aceitosa llamada licor de chocolate. El licor se puede utilizar para la elaboración de chocolate o se puede someter a alta presión para separar el polvo de cacao de la manteca. Se puede realizar un paso adicional para desodorizar la manteca. A menudo, este proceso se lleva a cabo para su uso en cosmética, ya que podría modificar el resto de aromas de un producto. El polvo, que contiene casi todo el aroma y el sabor del cacao, se puede utilizar puro o se puede someter a una extracción con disolvente para obtener un absoluto aromático.